Bandas independientes en Chile

CON SELLO PROPIO

Una camada de nuevas bandas y solistas ha remecido los escenarios nacionales en los últimos años. Y traen con ellas un sinnúmero de estrategias no tradicionales para difundir su música.

Por Paulina Andrade Schnettler

Cuando en 1999 apareció Napster, el primer servicio gratuito de distribución e intercambio de archivos de sonido (en formato MP3), muchos intuyeron que comenzaba una verdadera revolución en la manera en que consumimos y escuchamos música. Y no se equivocaron.

Un verdadero debate legal y ético se abrió en ese entonces. ¿Quién era dueño de la música?, ¿debe pagarse por el acceso a la cultura?, eran interrogantes que dieron pie a que tanto músicos de renombre como los ejecutivos de sellos discográficos dieran su opinión al respecto, negativa en la mayoría de los casos. En el otro lado, estaban los miles de fanáticos que agradecían a Shawn Fanning (el creador de Napster) por poder disfrutar de la música de sus artistas favoritos sin pagar.

Siete años después las descargas dejaron de ser una polémica: ¿quién no “baja” música en estos días? Además, son actualmente una herramienta tan masiva de difusión que muchos artistas de renombre, como Sonic Youth y Andrés Calamaro, han decidido apoyarlas. Incluso, reconocen que ellos mismos usan estos métodos para escuchar canciones y que hace más de doce meses que no compran un disco.

Entre ellos se encuentran también bandas y solistas chilenos más bien alejados de los circuitos tradicionales de la música profesional en el país. Tal es el caso de Golem, Polter, Ygal (ex guitarrista de Canal Magdalena), Cathy Lean, Andrés Valdivia y Gepe, sólo por nombrar a algunos. Pero cabe dejar en claro que responden a la etiqueta de independientes, no porque no quieran ser conocidos, sino porque no cuentan con el respaldo institucional de una gran casa disquera.

De hecho, muchos, como Oscar Hauyon (vocalista y tecladista de Polter) consideran tan importante y estratégico estar entre los sitios más visitados y “bajados” de Internet como pertenecer a un sello de renombre como Sony, BMG o Universal. Esto, dado que hace mucho tiempo que el número de venta de discos dejó de ser representativo de la cantidad de gente que en verdad los sigue y desea escucharlos.

Al respecto, dice Oscar: “aunque el año pasado sacamos un disco por Sello Azul, (Polter, 2005), lo que te posibilita Internet es estar en contacto con públicos que nunca imaginaste y a los que de otra forma no llegarías… como pasa con los fans que tenemos en Antofagasta o Punta Arenas. Se abren también posibilidades de internacionalización que jamás hubiéramos pensado”.

Una opinión parecida tiene Manuel Burgos, bajista de Golem, quien dice que “sacar un disco en las actuales condiciones es un dolor de cabeza… en cambio hoy Internet te asegura que la música llega por una u otra vía a quien quiera escucharla”. Él cuenta además que su grupo se sintió sorprendido al saber que eran escuchados vía Internet en lugares como Colombia, Perú y Guatemala.

Ante esta situación, Manuel Burgos comenta: “las reglas del juego siguen siendo injustas y no te permiten actuar en igualdad de condiciones, por lo que la importancia de vías alternativas se hace cada vez más necesaria”.
Estas bandas, al igual que los demás artistas nombrados, han decidido aprovechar las herramientas que actualmente les entrega la tecnología, como los servidores gratuitos conocidos como blogs y fotologs, y los espacios virtuales interactivos entre los que destacan You Tube y My Space.

My Space, You Tube, Su Blog

“Hace unos años, si no estabas en esos medios tradicionales, no existías…en cambio, si hoy estás en You Tube y My Space, igual te aseguras la figuración pública”, dice Oscar (Polter) sobre estas herramientas.

Siguiendo una tendencia mundial, en Chile varias agrupaciones musicales y solistas están optando por abandonar la manera tradicional de masificar su música y distribuirla. De la mano de estas nuevas herramientas tecnológicas, la necesidad y urgencia de contar con el respaldo de un sello se hace cada vez menor.

En el caso de My Space, se trata de un servidor web que permite a sus usuarios subir imágenes y archivos de audio, abriendo enormes oportunidades de masificación a artistas que no logran cruzar las barreras impuestas por los ejecutivos de radio y televisión (ver recuadro).

Los visitantes, en tanto, pueden escuchar y/o descargar hasta cuatro canciones por banda. La página web tiene actualmente 106 millones de usuarios, de los cuales tres millones corresponden a grupos musicales que dejan sus fotos y audios a disposición del público. Cabe destacar que durante el año 2005 fue el sitio más visitado en Estados Unidos, aunque esa situación estaría por cambiar este año luego de la arremetida de You Tube.

La empresa virtual (propiedad de News Corporation) está desarrollando un proyecto para convertirse en la mayor tienda de música digital del planeta. Y es que busca una alianza con las bandas que utilizan sus servicios, para que los visitantes continúen bajando música, pero ahora a módicos precios. A pesar de esto, continuaría siendo mucho más barato que comprar los discos.

You Tube -cuyo lema es “Produce tú mismo”- es un sitio de alojamiento y búsqueda de videos que en los últimos meses ha roto el récord de 100 millones de visitas diarias.

La compañía creada por dos jóvenes ingenieros de Silicon Valley (y que fue vendida hace poco a en 1650 millones de dólares al gigante de las búsquedas Google) se ha transformado en un verdadero canal de televisión personal para sus millones de usuarios, quienes pueden ver allí capítulos de sus series favoritas, comerciales y videoclips de sus bandas favoritas.

Una de sus próximas metas es subir a su servidor todos los videos de pop que se hayan filmado hasta ahora. Definitivamente un reto.

“Lo bueno de estas herramientas es que son gratis y están permitiendo una ‘democratización estilística’, en el sentido de que Internet se convierte en la tierra de la tolerancia para un montón de estilos y propuestas diferentes, lo que nunca pasaría en la televisión o la radio”, agrega el tecladista de Polter.

Vías de Escape

Sorprende el hecho de que estas tecnologías sean también ocupadas por bandas famosas a nivel mundial como Coldplay o Foo Figthers, ya que es una manera muy eficaz de acercarse al público. “Uno siente el computador como algo tan personal, que disfrutar de tus bandas favoritas en él te acerca al artista en un nivel diferente”, agrega Oscar Hauyon.

Manuel Burgos (Golem) concuerda con lo anterior y reconoce que le da un poco de “vergüenza” aparecer en fotologs, ya que confiesa “no es la onda del grupo”.

“A pesar de eso hay una comunicación mucho más fluida entre el público y cada miembro de la banda. Además es una vía de escape. No me imagino cómo pudiéramos llegar a la gente si no existieran estas herramientas”. Para Manuel, las radios ya no son capaces de representar la amplitud de propuestas que la gente está escuchando. “Los medios no se han dado cuenta de que los gustos musicales están cambiando”, sostiene.

Buscando siempre estas vías de escape, hace un año Golem realizó un experimento discográfico sin precedentes en Chile: un concierto unplugged (sesión sólo con instrumentos acústicos) en la sala de la Sociedad de Derecho de Autor (SCD), de Bellavista. Lo grabaron y lo pusieron a la venta ese mismo día. Pero, al enterarse, desde la misma SCD les dijeron que la hazaña era ilegal. “Con cosas como ésas descubres que el tema de la lucha contra la piratería y la defensa de los derechos de autor les conviene más a todas las entidades corporativas y menos al músico. Por ejemplo, la campaña No Mates La Música, más que eso, era un claro mensaje de las transnacionales: ‘hey, no me mates el negocio’ ”, concluye.

“No es que el sello deba dejar de existir, aunque eso un día terminará por ocurrir, lo que tiene que cambiar es su impronta de ‘multinacional chupasangre’. Porque ahora te presentas con otra parada ante el sello, teniendo más control del contenido y más seguro de tu material, ya que tienes experiencia en la postproducción y difusión de tu música”, afirma el músico de Polter. “Es un camino sin retorno –enfatiza- , sólo imagina lo que se ha avanzado en siete años.”

A la par con lo hecho por Golem en noviembre pasado, una de las propuestas más vanguardistas que hemos visto en el último tiempo es la del cantautor chileno Andrés Valdivia, quien lanzó a la venta el 18 de octubre su última obra musical, Nudo Ciego. Su particularidad reside en que fue editada en formato de pendrive (dispositivo con conexión a puerto USB de las computadoras), para que la mayor cantidad de gente pueda compartirlo. De hecho, el slogan promocional es Quémalo (grábalo) y pásalo! Una tentadora invitación.

POLITICA CULTURAL: UN LARGO CAMINO

Según los cálculos de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, sólo un 10% de la música que se toca en las radios es nacional. En Brasil, por ejemplo, este número supera el 60%.

La única regulación, en este sentido, es la Ley de Fomento de la Música Nacional, promulgada el 31 de enero del 2004. Mediante ésta se creó el Consejo de Fomento de la Música Nacional y un Fondo del mismo nombre, independiente del FONDART.

Su principal función es “apoyar, estimular, promover y difundir la labor de los autores, compositores, artistas intérpretes y ejecutantes, recopiladores, investigadores y productores de fonogramas chilenos, forjadores del patrimonio de la música nacional, para la preservación y fomento de la identidad cultural”, como reza el texto de su publicación.

A pesar de que esto implica un avance en términos de política cultural en el país, continúa siendo insuficiente. Esto, ya que el predominio de los contenidos impuestos por las transnacionales como Warner o Sony, tanto en la televisión como en radio, quedó intacto.

Ante esta situación, Manuel Burgos comenta: “las reglas del juego siguen siendo injustas y no te permiten actuar en igualdad de condiciones, por lo que la importancia de vías alternativas se hace cada vez más necesaria”.